
Espacios de Datos Sectoriales, autopistas digitales que conectan datos para el desarrollo económico y la mejora de los servicios públicos
En la era digital, los datos son el recurso estratégico por excelencia. Según un estudio realizado por la Comisión Europea[1], el valor de la economía del dato en el perímetro de los 27 estados de la Unión estaba estimado en más de 579.000 millones de euros en 2024, con una previsión de superar los 815.000 millones en 2030. Este dato aislado puede no ser demasiado llamativo, pero si se precisa que esta cifra representará un 6,3% del PIB en la UE27 en 2030, empieza a ser relevante.
El mercado global de los datos personales está actualmente dominado por grandes compañías tecnológicas, principalmente de Estados Unidos y China. Esta concentración plantea desafíos para la soberanía digital europea, al reducir la capacidad de la Unión Europea y de sus Estados miembros para ejercer un control estratégico sobre la información de sus ciudadanos.
En el ámbito de los datos empresariales y de las administraciones, la Comisión Europea ha entendido que hay una oportunidad de capitalizar el inmenso valor asociado a los mismos, y para ello ha elaborado la estrategia europea de datos, que persigue convertir a la Unión en líder de una sociedad basada en los datos. Esta estrategia contempla la creación de un mercado único de datos que impulse la competitividad de las empresas y posicione a Europa como líder mundial en el uso y compartición de datos bajo los valores europeos de soberanía, seguridad, transparencia y competencia justa.
Como palancas de esta estrategia, la Unión Europea ha desarrollado regulación específica de datos que catalice esta transformación (Data Act, Data Governance Act), y también ha realizado inversiones relevantes en los espacios de datos europeos, que pretenden convertirse en el germen del nuevo paradigma de compartición de datos como generador de valor.
A nivel nacional, el Plan de Impulso de los Espacios de Datos Sectoriales también recoge una apuesta decidida para el desarrollo de los espacios de datos, con una inversión asociada de 500 millones de euros distribuida en distintos componentes.
Para entender qué es un espacio de datos y para qué sirve, se puede acudir a la especificación UNE 0087:2025, que lo describe como “un ecosistema colaborativo que proporciona el medio para que diversos participantes compartan, utilicen datos y presten servicios de manera segura, confiable y conforme a las normativas, con el fin de impulsar la innovación, el impacto económico y social”.
Los espacios de datos son, por tanto, un medio para la compartición de datos y no tanto un fin en sí mismos. Se pueden concebir como autopistas digitales que permiten a distintos participantes públicos y privados intercambiar datos de una forma segura y confiable, reduciendo las reticencias presentes en las organizaciones, derivadas tanto por el riesgo de incumplimiento regulatorio asociado a la privacidad de determinados datos, como por la pérdida de ventaja competitiva que puede suponer su compartición.
Estas autopistas posibilitan la reacción en cadena en la compartición de datos, asegurando un crecimiento exponencial de su valor cuanto más compartidos son. Permiten construir sobre ellas innumerables casos de uso y modelos de negocio: desde la simple monetización directa de conjuntos de datos, a optimizaciones de cadenas de suministro, optimización de la producción, investigación colaborativa, mantenimiento predictivo, cumplimiento regulatorio, trazabilidad, planificación de la capacidad, alineamiento oferta y demanda, optimización del marketing, y así un sinfín de usos que generan un valor añadido recurrente. Todos los sectores productivos y administraciones públicas presentan grandes oportunidades asociadas a la puesta en marcha de espacios de datos. En España, los sectores más activos en lanzar iniciativas están siendo salud, agroalimentación, movilidad y turismo.
También los espacios de datos son la fuente para el entrenamiento de modelos de inteligencia artificial, y también junto con ella pueden ofrecer servicios complejos de datos a múltiples participantes.
Los espacios de datos aparecen por otro lado como habilitadores de modelos de colaboración público-privada, así como elementos clave en las infraestructuras públicas digitales que permitan ofrecer al ciudadano servicios de alto valor añadido.
Como ejemplos, el espacio de datos europeo de contratación pública (PPDS) ya está en marcha con el propósito de dotar de transparencia al gasto público y facilitar el acceso de las pymes a las licitaciones. Otros espacios de datos europeos actualmente en construcción persiguen dinamizar la economía de determinados sectores, por ejemplo el de movilidad (EMDS) o turismo (ETDS).
A nivel nacional, están también en construcción el espacio nacional de datos de salud (ENDS), el de turismo y el de movilidad sostenible (EDIM), así como iniciativas autonómicas como por ejemplo el espacio de datos de Navarra, con orientación regional y multisectorial.
Nos encontramos, por tanto, en un momento clave en el desarrollo de estas autopistas digitales que permiten desbloquear el inmenso valor de los datos compartidos. Para ello se cuenta con una apuesta decidida de la administración tanto a nivel europeo como nacional, con estrategias, regulaciones y grandes inversiones que persiguen la capitalización de esta gran oportunidad de desarrollo económico. Finalmente, resulta imprescindible la voluntad y compromiso de los participantes privados y públicos para consolidar este nuevo modelo económico, así como el ingenio necesario para crear modelos de negocio financieramente sostenibles. Europa no se puede quedar atrás de nuevo…
Sonia Taborcía
Executive Director | Head of Digital Government @NTT DATA
Juan Gallego
Partner | Head of Public Sector in Spain @NTT DATA
[1]Fuente: European Data Market Study 2024-2026